No hay pasión alguna que no sea develada por algún gesto de los ojos y del rostro, algunos signos son bastante evidentes...como las arrugas de la frente en la cólera, y ciertos movimientos de la nariz y los labios en la indignación y en la burla, pero parecen ser más voluntarios que naturales. Y generalmente el alma puede cambiar todos los gestos, sean del rostro o de los ojos, cuando, queriendo ocultar su pasión, imagina intensamente una contraria; de suerte que lo mismo podemos servirnos de los gestos para disimular nuestras pasiones que para expresarlas.
jueves, 28 de febrero de 2008
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1 comentario:
Tus cuadros y los textos son geniales, hacen volar la mente.
Muchos cariños Gustavo, desde Chile.
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